uede que con las múltiples ocupaciones que atraviesan nuestros días y la eterna preocupación por distintas cuestiones hagan que algunos “detalles” nos pasen inadvertidos.
El Decreto Nacional 824/11 pretendió devolverle a nuestra Bandera Nacional un lugar de preponderancia, pero a la luz del estado que presentan las existentes en las decenas de mástiles que presiden distintos monumentos y espacios públicos de nuestra ciudad, cabe preguntarse cuál es la real significación de su establecimiento. Pabellones prácticamente abandonados a su suerte sin que se perciba el más mínimo respeto hacia su presencia o estado, hablan por sí solos. El disparador del “quema” de hoy no es otro que el comentario que un turista nos hizo en nuestra redacción en referencia a, nada más y nada menos, el estado en que se encuentra el Pabellón de la plaza Islas Malvinas. Más allá de ensayar la consabida explicación que el mismo se cambia a las 0 horas del 2 de abril de cada año, nada pudimos argumentar ante la opinión de la imagen de abandono que su estado demuestra.
Nos preguntamos si podría hacerse algo al respecto.