na caja de pizza abandona en un banco de San Martín da para tejer mil historias. Imaginamos la de un delivery despistado que olvidó la entrega, la de una invitación a comer “afuera” que terminó en ruptura o tal vez la de una pizza tan fea que nadie quiso comer.
Más allá de la que uno elija, lo cierto parece ser que alguien ayer se quedó con hambre.