s prácticamente imposible permanecer en silencio luego de escuchar el discurso inaugural del Período Legislativo 2022 del Intendente, es la primera vez que se pronuncia públicamente respecto del nombre de la Casa de la Mujer de Ushuaia.
Como pertenezco al grupo de personas que defendemos la institucionalidad y las leyes, considero oportuno reflexionar acerca de sus palabras, con el único afán de defender nuestra postura y nuestras libertades de sus comentarios erróneos y malintencionados.
En primer lugar, citándolo textualmente: ”el nombre surgió de un amplísimo consenso de las trabajadoras de la Secretaría de la Mujer y de mujeres que concurren como emprendedoras a capacitarse” … Me preocupa verdaderamente que el Intendente desconozca que el consenso entre personas que piensan de igual manera se denomina acuerdo. La salud de las instituciones depende en gran medida de lograr consensos entre pensamientos diferentes, escuchar, ceder. Olvidó el funcionario que el debate por el nombre, debería haber tenido lugar en el Concejo Deliberante, puesto que la Carta Orgánica así lo dispone. Decir que: ”a estos vecinos y vecinas no les gusta el nombre” es subestimar nuestra capacidad intelectual, nuestro gusto o preferencia no entran en esta discusión. Se trata de cumplir la ley o incumplirla. Y ya sabemos a qué grupo pertenece el mandatario.
El Sr Intendente supone que puede no gustarnos el nombre por “cuestiones políticas ideológicas o incluso emocionales”, hipótesis falaz, reduccionista e infantil. Muchos de los que alzamos la voz con este tema no lo habíamos hecho jamás…sucede que, los gobernantes de turno, no entienden que las personas que trabajamos honestamente año tras año, contribuyendo a las arcas del estado al ver la corrupción y la obsecuencia partidaria extrema, nos cansamos. Y un día despertamos. Lamentablemente para ellos, desconocen la fuerza que pueden tener estos grupos desencantados con sus representantes.
Es despreciable escuchar que nos endilga irresponsablemente una supuesta oposición a la Ley Micaela, desconozco sus rivalidades políticas y francamente no me interesan, pero es muy miserable intentar manchar un reclamo legítimo, como el que defendimos respetuosamente, con expresiones que desvían la gravedad de sus actos, perjudicándolo inevitablemente.
Entiendo que vetar sin fundamento un Proyecto de Ordenanza lo hará sentir poderoso…y en mi opinión ese sentimiento es muy peligroso, porque el movimiento que despertó su accionar cada vez tiene más adherentes, cada vez hay menos miedo y más deseo de aires limpios…
En lugar de “decir unas palabritas” en su discurso, el Intendente tendría que haber pedido disculpas públicas por el momento vivido el 24 de diciembre último pasado en el Concejo Deliberante, pero ese gesto de honestidad y valentía no pertenece a su manera de hacer política.
El pueblo es soberano y el pueblo somos todos, mal que le pese, quienes pensamos distinto también.
Myriam Julia Canga.
DNI: 17.784.497
