n atención a sus declaraciones públicas, me licencio el permiso de apuntar algunos tópicos.
Después de épocas oscuras en nuestro país logramos recuperar las instituciones de la democracia al amparo del sistema de partidos políticos.
Ello presupone defender el sistema y resguardar la democracia.
El sistema de representatividad nos otorga la soberanía del voto a los electores, que son quienes depositan su capacidad de confianza en cada fuerza política, sus representantes en entidades parlamentarias y en ejecutivos a nivel nacional, provincial y local.
Como sabemos, la voluntad popular depositó en su fuerza política en esta Convención Estatuyente, tres bancas.
De no haber ocurrido así, su fuerza política, quizás, hubiera tenido la primera minoría.
Arrogarse ¨el rechazo de la sociedad¨ (sus dichos sobre la primera minoría en la Convención) a lo votado excede a los principios republicanos y democráticos.
El electorado se manifestó en las urnas.
A su fuerza le adjudicó tres bancas, y en los primeros tramos del trabajo en comisión se produjo la renuncia impecable de una ciudadana ejemplar como es Viviana Remy.
Podemos discurrir sobre reagrupamientos políticos al momento de las negociaciones.
Podemos decir que no se está de acuerdo con esos modos.
Pero no podemos arrogarnos la voluntad política que con su voto soberano adjudicó 3 bancas a su fuerza. No es la sociedad. Es su electorado.
La democracia supone aceptar sus propias reglas. Le pido memoria.
Nada se impone. Se aceptan las reglas del Estado representativo, republicano y federal.
Puedo decir ¨respecto a su postura; no la comparto¨.
No podemos ni debemos arrogarnos lo ajeno, cuando el voto mayoritario de la sociedad no se vio reflejado en las urnas hacia su candidatura y su fuerza política.
Respetuosamente, Carla Fulgenzi.
