on la participación de más de 600 motoviajeros argentinos y de Latinoamérica, se realizó con éxito el 16º Encuentro Internacional de Motoviajeros en el Fin del Mundo organizado por la asociación Latitud 54 Sur.
Como cada año, Ushuaia fue el punto de reunión para esta fiesta en dos ruedas, que registró un récord de participación durante el viernes, sábado y domingo. En la primera jornada, los integrantes de la organización recibieron a motoviajeros en el ingreso a la ciudad, registrando ese momento inolvidable luego de haber recorrido miles de kilómetros atravesando el ripio, lluvia y el viento de la Patagonia.
En diálogo con EDFM el presidente de Latitud 54 Sur, Marcelo Aliendro, aseguró que “estamos felices y muy emocionados porque tuvimos un récord absoluto de participación, con más de 600 motoviajeros durante tres días”, y reveló que “incluso hubo gente que se quedó sin poder participar porque ya no teníamos disponibilidad”.
Valoró que “recibimos muchísimos comentarios de agradecimiento y felicitaciones, de los motoviajeros que llegaron por primera vez y muchos que volvieron exclusivamente para reencontrarse en Ushuaia”, y aseguró que “para nosotros como anfitriones es un enorme orgullo poder generar este evento de semejante alcance, a pulmón, con colaboración de instituciones y de los mismos motociclistas”.
El Presidente de Latitud 54 Sur destacó que “año tras año recibimos con mucho orgullo a estos compañeros de ruta, que se transforman en embajadores del Fin del Mundo”, y sostuvo que “es una verdadera fiesta en dos ruedas, esta experiencia es inolvidable”.
Tras la apertura del viernes, la cena show se realizó en el microestadio Cochocho Vargas, donde los asistentes disfrutaron la icónica presentación del Ballet Cruz del Sur, compartieron historias, anécdotas y el gran cierre estuvo a cargo de la banda de rock F.U.R.I.A., que interpretó un variado repertorio poniendo de pie a todos los motoviajeros.
En el inicio de la segunda jornada, los motoviajeros argentinos y de países como Chile, Brasil, Colombia, Perú y Ecuador, compartieron un paseo por el casco céntrico finalizando en el Tren del Fin del Mundo; donde tomaron fotografías y registraron los paisajes fueguinos inigualables.
Hacia el mediodía del sábado, se invitó al público en general a sumarse al evento en la tradicional Expo-moto donde vecinos y visitantes se acercaron al estacionamiento del microestadio Cochocho Vargas para conocer y fotografiar las más variadas motos, decoradas con cientos de stickers de los distintos lugares por donde pasaron los motoviajeros, banderas, insignias y el equipaje de los recién llegados.
Continuando la agenda del Motoencuentro, el gran cierre se realizó ayer en el Centro Invernal Haruwen, donde los participantes compartieron el almuerzo, sorteos y entrega de menciones.
Desde la organización agradecieron el apoyo de la Municipalidad de Ushuaia; El Diario del Fin del Mundo; Haruwen – 3005Motocafé; Policía provincial; Gendarmería; Seguridad Vial; Infuetur; comercios y empresas que colaboraron con el evento.
“Ya estamos pensando en el próximo año para volver al Motoencuentro”
EDFM dialogó con motoviajeros que compartieron sus experiencias en torno al 16º Encuentro Internacional en el Fin del Mundo.
Manuel López llegó a Ushuaia desde Ecuador a bordo de una Honda CB500X, junto a dos amigos. “Salimos hace tres meses y medio de Ecuador, y ya llevamos cerca de 24 mil kilómetros de recorrido. Son incontables las peripecias para llegar hasta aquí, pero nos acompaña la pasión por las dos ruedas y es una satisfacción muy grande contar con esta linda gente”, expresó el motoviajero.
“¡Qué maravilla, qué agradecido estoy por la oportunidad de conocer este lugar! –agregó-. En Ushuaia es muy especial el trato, la calidez tremenda de la gente, y salir a contemplar la mañana es como mirar un calendario”, dijo. “Recomiendo a todo el mundo que venga a conocer este lugar, es un honor y un orgullo como ecuatoriano haber llegado”.
Desde Brasil, Jorge Deleon llegó a Ushuaia a bordo de una Yamaha Tenere 250cc tras recorrer alrededor de 7800 kilómetros. “Es mi tercera vez en Ushuaia –comentó-, me siento como un guía mostrándole a mis amigos las bellezas de este lugar”.
El motoviajero afirmó que en el extenso camino, “pasamos mucho viento, ripio, nos caímos en la ruta, pero la recompensa llegó cuando alcanzamos el pórtico de ingreso a Ushuaia y pudimos tener esa imagen que guardamos para siempre”.
Asimismo valoró que “la organización del Motoencuentro, todas las personas de la Latitud y de esta ciudad tan bella, son muy cálidas. Es una emoción muy grande y es muy gratificante poder estar acá”, y reveló que junto al grupo que lo acompaña, “ya estamos pensando en el próximo año para volver al Motoencuentro”.